sábado, septiembre 22, 2007

Comer fuera

Esta entrada debería ser anterior a la última pero bueno, las cosas son como son y realmente hoy es el primer día que he podido ponerme a escribir sobre las migas de Comares ... ummm, qué ricas que estaban.

La verdad es que más bien debía hablar de que mi forma física no es lo que era y que, si bien estamos intentando mejorarla, el régimen de comidas que llevo, tampoco ayuda mucho. Sí, quizás sea mejor empezar por ahí. Bueno, resulta que tras un mes de agosto aciago en lo deportivo, por el parón de los sábados y porque el trabajo me impidió ir un par de veces al partido de los jueves, ahora en septiembre la cosa quiere normalizarse. Eso sí, yo noto perfectamente los kilillos de más que tenía con respecto a antes del parón y es que cada vez está más claro que el deporte me hace falta "como el comer" :-D.

Además, hemos empezado ya en el trabajo con la jornada completa en vez del horario de verano y eso hace que tengamos que comer allí con más frecuencia. Todos los días, vamos, y eso también se nota. Por este motivo había pensado yo en que podía ser éste un buen momento para ponerse a dieta donde ponerse a dieta significa comer menos y sobre todo, comer menos fuera.

Pero las cosas no son tan fáciles pues justo en la semana en la que decido hacerlo, es la que más tengo que comer fuera o "peor" como en casa :-D. En mi descargo diré que cuando como en el trabajo el primer plato suele ser bastante ligero y que cuando hemos salido a cenar, también he optado por las cosas más ligeras.

Bueno, eso fue hasta que fuimos a Comares. El domingo pasado tras pensarlo mucho y cambiar mucho de planes, cogimos el coche nuevo y junto a tres personas más, pusimos dirección a Comares. La verdad es que la carretera no es mala, pero sí que tiene bastantes curvas y alguna que otra muy pronunciadas. Eso sí, al menos son carreteras anchas. Pues eso, cogimos el coche y con Carlos Núñez y Amaral de música de fondo (entre otros) empezamos a subir y subir y subir. Arriba, tras un stop, lógico pero un tanto "aturdidor", llegamos al pueblo. Un pueblo blanco típico de la Axarquía, muy bonito, con callejuelas muy cuidadas y apto para hacer turismo ... aunque era mucho más pequeño de lo que yo me imaginaba.

Entre las cosas que más nos llamó la atención, el monumento al fiestero, un/a personaje/persona popular en el pueblo, a la primera panda de verdiales y sobre todo, el instituto de creación de empleo o algo así. Estuve tentado de entrar, decirles cómo era el trabajo que yo quería, incluyendo horario, vacaciones, sueldo etc para que me lo crearan pero al ser domingo, no sé yo si hubiera tenido mucho éxito en mi empresa.

El caso es que, no sé si habría más por ver, pero aparentemente lo poco que había lo vimos rápido. O quizás es que el hambre que manejábamos nos hizo darnos prisa, no sé, pero al rato estábamos ya comiendo en "El molino de los abuelos" o algo así. El restaurante resultó ser un caserón antiguo rehabilitado como hotel/restaurante. El menú diario tenía un precio casi prohibitivo para ser menú, 12 euros, si mal no recuerdo. De hecho me llamó mucho la atención que comer a la carta saliera prácticamente por el mismo precio. Comimos nuestros entremeses, nuestro plato fuerte y postres y al final salió a 14 euros por persona.

Pero el precio es lo de menos. Para contar son las migas que nos pusieron ... madre mía. Después de dos días conteniéndome, ahí reconozco que me pudo la gula y me pedí lo que yo imaginaba que debía ser un plato tan rico como calórico. E independientemente de las calorías, rico estaba un rato. Cierto es que no se parecían en nada a las que hace mi abuela, que básicamente sólo llevan pan, agua y me imagino que un poco de ajo, aceite y esas cosas, y a pesar de todo están muy buenas. Pero éstas estaban mejores. Quizás ayudó el hecho de que llevaran chorizo y tocino pues ya se sabe que el sabor de las comidas proviene fundamentalmente de las grasas y la sal, pero en cualquier caso estaban de vicio. La lástima fue que no pude acabármelas y es que no resultan un plato ligero precisamente.

Sólo un comentario más al respecto del sitio. Está regentado por una señora mayor que tiene pinta de ser de la Europa del Este, rumana quizás a juzgar por los dientes de oro :-). Era gracioso ver a una mujer con ese acento tan peculiar ofreciendo los platos típicos andaluces. Y más cuando me dio por pedir gazpacho en vaso para beber y ella con un cierto tono de alarma dijo algo así como ... "Nooo, gazpacho es comida. Si quieres yo te pongo vaso pero gazpacho es comida". No pude sino cambiar de opinión y decirle que me lo pusiera en un tazón para así tranquilizar su espíritu :-). Por cierto que el gazpacho me resultó más bien insípido.

Y de Comares poco más tenemos que contar. Cogimos el coche, dejamos a todo el mundo donde correspondía y tras despedirnos y descansar un rato ... a casa de mi prima al cumpleaños del marido ... a cenar fuera, claro está.

Bueno, visto lo visto, habrá que seguir dándole al deporte. La noticia positiva es que he vuelto a coger la bici los sábados para complementar que seguimos en cuadro. Lo nuestro es afición y ganas de movernos, jugar un sábado a las 9 y media cuatro personas dos para dos y además, el que tiene más edad y el que tiene menos, vamos en bici. A ver si alguien lee esto y se anima. Y que conste que no sólo va por ti Oli ;-).

Un saludo, Domingo.

Un viernes raro

Bueno, hoy básicamente copio y pego (y retoco) lo que escribí ayer en el portátil antes de echarme una repadora siesta:

Ya la semana pasada quise volver a escribir y es que no llevo demasiado bien que apenas me quede tiempo para ello. Aunque bueno, no se puede estar en todo y Harry Potter es Harry Potter :-). Aunque lo que no es Harry Potter, tampoco es Harry Potter :-P.

Ya en serio, esta semana se me ha pasado volando. Ahora mismo intento hacer memoria de las cosas que he hecho y me parece que me faltan días. El lunes 17, fue un día raro también. Quizás es que la semana en general ha sido rara, no sé. También me pregunto si no habrá una palabra más “rara” que simbolice mejor lo que siento, pero bueno “rara” creo yo que vale.

Como decía, el lunes resultó ser el cumpleaños de dos personas con las que el año pasado tenía bastante relación pero que este año, y desde hace ya algún tiempo, no. Y resultó ser también el cumpleaños de un compañero de trabajo así que mira por dónde resulta que ya conozco a 3 personas que cumplen ese mismo día. Yendo al cumpleaños importante, mi compañero se lo tenía bien calladito pero lamentablemente para él, una aplicación recuerda a quien corresponda quiénes cumplen años y él no pudo escapar a la ineluctable y fría memoria de la aplicación. Él año que viene lo hará (escapar) :-).

Como además de compañero es amigo, resulta que fui a invitarle a comer aquel día ... pero llegué tarde y ... ya tendré que esperar algo más si quiero invitarle. El resto del día transcurrió como viene siendo más o menos habitual y si digo la verdad, me acuerdo de poco más de la tarde del lunes. La noche, sí que fue algo más memorable pues cuando ya estaba acostado y casi durmiéndome, me llamaron por teléfono para comunicarme la buena nueva. No era otro sino mi compañero a quien habían llamado por la tarde ofreciéndole una vacante de profesor de matemáticas en Córdoba. Esto suponía una gran ilusión, una gran oportunidad así como una gran responsabilidad ya que decides en minutos el futuro de tu vida. Y él eligió bien.

El martes estuvo por allí cerrando cosas y despidiéndose de la poca gente que tuvo. Pendiente quedan esa visita a conocer mi casa y por supuesto esa despedida “formal”. No sé si sabrá lo que puse de él en el messenger pero en cualquier caso, mucha suerte y acuérdate de los pobres ;-).

La verdad es que me doy cuenta de que no recuerdo casi las cosas que he hecho en el trabajo. En cierta forma es como si en el trabajo no tuviera conciencia de las cosas que hago fuera y viceversa. No es algo que esté mal, de hecho. Bueno, volviendo al “no trabajo”, el miércoles quedamos para salir y al final salimos a pesar de que la tecnología no lo puso fácil. La nota triste fue la mala noticia aguó la tarde. Pero bueno, la vida sigue y seguro que las personas afectadas se recuperarán pronto.

El jueves también pasó sin mucha gloria o debió hacerlo porque yo sólo recuerdo el partido de fútbol que esta vez sí pude jugar. La verdad es que nos dieron una buena paliza pues no había forma de que marcáramos un gol y a ellos le entraba todo. Pero a pesar de todo, a mí me gustó y por lo menos corrí un rato. A ver mañana qué pasa porque me temo que nuestras repetidas llamadas a la gente para que venga no surten mucho efecto. Ahh, también recuerdo que a pesar de dormir poco, la noche del miércoles al jueves descansé mucho y me levanté con poco sueño ... relativamente.

Y por fin llegamos al día de hoy, el día extraño o raro. Empieza todo esta mañana cuando me he levantado igualmente bastante descansado. He cogido el coche, upps, eso me recuerda otra cosa de ayer y es que tendré que llevar el coche al concesionario a que le revisen los frenos y el freno de mano. Por ahora no ha pasado nada pero tienen a mi juicio que aproximarle los frenos. Pues eso que empieza el día de hoy y tras coger el coche, he puesto proa hacia la tormenta. Era increíble pero conforme avanzaba sentía que me iba metiendo en la boca del lobo. A veces, giraba y tenías la sensación de que ibas a escapar pero sólo unos metros después girabas de nuevo y te encontrabas casi en la cima de la Cima del Destino o esperando el final del mundo o algo así. La verdad es que nunca había visto un cielo tan negro como el de hoy.

He aparcado, he cogido mi paraguas creyendo que el cielo se iba a derrumbar sobre nuestras cabezas y he iniciado mi jornada laboral. Al final no ha pasado nada y cuando he salido, tras recibir como siempre la mayor parte de las cosas a última hora, he salido pitando, con mi paraguas bien sequito hacia el piso donde a las 4 y media me debía esperar el fontanero del seguro de la comunidad. Llegué justo a tiempo pero a pesar de todo el fontanero llevaba unos minutos esperando. Y total para nada, para que me diga que probablemente es culpa de la vecina de arriba que sigue perdida en combate en Alemania y que en cualquier caso, el arreglo se debería hacer desde el piso de la señora. Éste parece que sabía algo más que el otro que vino y y que lo único que veía claro es que a eso había que meterle mano cuanto antes mejor.

Y tras irse el fontanero, yo he aprovechado para comer algo. Después he pensado que mejor me echaba un rato a dormir pero también me he acordado del tiempo que hacía que no escribía. Por este motivo, ahora voy a salvar esto para publicarlo cualquiera de estos días (preferentemente esta noche). Debería escribir también sobre Comares, aunque creo que esto tendrá que esperar un poquito. Como mínimo hasta que me despierte de la siesta :-P.

Un saludo, Domingo.

sábado, septiembre 08, 2007

Mi abuelo: Recuerdos

Aprovecho que ya me remordía la conciencia para escribir sobre mi abuelo. Lo recuerdo fundamentalmente como un hombre bueno. Una lástima que la fotografía digital sea tan relativamente reciente pues me hubiera gustado tener más recuerdos gráficos de él.

La imagen que recuerdo es la de un hombre mayor, delgado y bajito, vestido con un traje de éstos "típicos de pueblo", con sus inseparables sombrero y bastón y unas gafas de "culo de vaso" que le permitían ver algo, paliando en cierta forma los efectos de la "retinitis pigmentosa" que padecía.
Lo recuerdo erguido de pie, casi de perfil, apoyado sobre el bastón y tratando de distinguir cualquier cosa en la distancia. Al final de su vida ya veía poco y alguna vez al verme llegar no me reconoció hasta que le hablaba.

Tenía sin embargo su coraje y sus manías. Comía a las 13:00 y si por alguna cosa no tenía la comida lista a esa hora, ya empezaba a refunfuñar y a hablar del agujero que se le formaba en el estómago. El coraje, sin ser habitual, tampoco era infrecuente cuando se le llevaba la contraria.

Vaya, hace 12 años que murió y me doy cuenta de que recuerdo las cosas como cuando mi abuela habla de las cosas que pasaron hace 30 años, como si fuera una película que vimos hace tiempo en vez de un hecho real. Es normal, es la forma en la que recordamos las cosas, pero no deja de ser un poco triste.

Recuerdo con especial viveza las veces que yo le afeitaba. No sé si sería una costumbre adquirida hacía tiempo o si fue algo derivado de su escasa visión, pero no se solía afeitar él sino que lo afeitábamos nosotros. Se sentaba, le poníamos un "babero", y con bacía o sin ella lo íbamos afeitando. Después, a falta de after-shave, un poquito de colonia obraba el milagro de que se sintiera "fresquito".

Otros de los momentos que más han quedado marcados en mi memoria son los del dominó. Para mi abuelo era más que una diversión, casi un vicio. Jugaba con los amigos por ahí, jugaba en casa con la familia, con mi abuela, conmigo ... A mí me pondría a jugar con él teniendo yo unos 4 ó 5 años y me hacía trampa. Yo recuerdo que me daba unas panzadas de llorar enormes a causa de tan dolorosas derrotas. Unos años más tarde las panzadas de llorar serían por perder al ajedrez con mi padre y otros años más tarde ya no lloraría más; no porque no fuera de lágrima fácil, sino porque ganaba :-). Además, estaban las ocasiones en las que mi abuelo ganaba dejando al rival con cero puntos. En ese caso, el otro se quedaba "zapatero" y él gesticulaba como si de un zapatero se tratase, con aire burlón. Parece ser que esto de "zapatero" no era algo local de aquí; según parece, es común en el juego, sobre todo para decir ... "100-0, zapatero".

También viene a mi mente cuando con 4 ó 5 años, antes de que mis abuelos se mudaran a Málaga, yo fui un verano a Vélez y estuve lo que para mí fue mucho tiempo, pero que no sería más que unos días. Durante esa estancia, aparte de ver una piedra en una plaza que me causaba mucho miedo por haber muerto o haberle pasado algo malo a alguien por allí recientemente (lo mismo fue algo que me dijeron para asustarme, quién sabe), pues aparte de la piedra, recuerdo los animales de la granja, una vaca que yo quería ordeñar y sobre todo un mulo sobre el que me subió momentáneamente mi abuelo.

Otra de las cosas que le gustaba era "el cante", la copla más bien. Siempre nos pedía que pusiéramos alguna de las películas que le habíamos grabado en por aquel entonces novísimo y carísimo VHS. Así veía por ejemplo "Un caballero Andaluz" (él la llamaba "La Colorín"), "Soy Minero" o "Un lío de Faldas" y con Carmen Sevilla, Antonio Molina o Manolo Escobar, se entretenía y pasaba las horas.

Y del resto ... pues el resto son muchas cosas pero me temo que lo que recuerdo mejor es la última parte de su vida, condenado a vivir enganchado a una bombona de oxígeno tras haber sido fumador toda su vida, hasta sólo hacía unos años, sufriendo un primer infarto que lo llevó al hospital y por último, sufriendo un segundo infarto y el progresivo "apagamiento" hasta que murió. Un mes antes había muerto mi tía de cáncer y en medio, murió también Lola Flores. Eso me recuerda que hace poco murieron Paco Umbral, Emma Penella y Antonio Puerta el mismo día. Alguien dijo que se trataba de un mal día y otro alguien contestó que según los datos del ministerio, 300 personas mueren al día sin que nos acordemos de ellas. Al menos nosotros, no nos acordamos, que los funerarios sí que lo hacen. No en vano se ganan su sueldo gracias a que un día una célula (pongamos que una ameba) decidió de motu propio multiplicarse inventando con ello la vida y casi que debido a la finitud de material de construcción disponible, también la muerte en cierta forma.

Pero me voy por las ramas. En aquéllos días de hace doce años, de las 300 personas que murieron, una simbolizaba para mí mas que las otras y es que ya lo decía el Padre Apeles, el amor se distribuye en círculos concéntricos, se quiere más a quien se tiene más cerca. Antes, durante una o dos semanas, yo había estado yendo al hospital a ver a mi abuelo y a darle la comida. Yo estaba estudiando, preparándome los exámenes y me podía acercar a las 2 o así que sería cuando le llevaban la comida. Ésta costumbre de cuidar a nuestros mayores es algo que hemos mamado (unos más y otros menos) en nuestra familia y que yo particularmente procuro seguir siempre que puedo (también por descargar a las mujeres que como siempre, son las que cargan con todo).

Pues bien, siempre me llevaba la cartera cuando iba a ver a mi abuelo ... siempre menos aquella vez. La vez que el infarto le repitió. Yo llegué y al contrario que otras veces, estaba muy apagado y creo que con el monitor conectado o algo así. El caso es que rápidamente supe que tenía el pulso muy acelerado y débil, concluí que el corazón ya no le daba para más y nervioso como pocas veces he estado, salí a buscar a un médico. El médico entró y al verlo me pidió que me saliera. Ya no hacían falta más palabras. Fui a una cabina a telefonear a alguien, a quien fuera, pero no llevaba dinero encima. Vencí mi, por entonces, gran timidez y conseguí pedirle 5 duros al médico para llamar por teléfono. Creo que tras pedírselos a alguien de la familia, se los devolví al rato aunque ya no lo recuerdo con nitidez; no sé qué pasaría al final con lo que para mí todavía era una respetable suma de dinero (otra cosa de la que podría hablar alguna vez es cómo se percibe el dinero siendo un adolescente sin ingresos o siendo un hombre con ingresos por muy normalitos que sea).

Con los 5 duros, (casi puedo ver todavía la gran moneda en mi pequeña mano), llamé creo que a mi tío y me parece que saltó el contestador. Luego no sé si llamé a mi prima para que avisaran a mis padres. Y ya no recuerdo más. Esto sería quizás un jueves, ese jueves o el viernes lo metieron en la UCI y ya no entré o no pude entrar a verlo. el sábado su estado se agravó y el domingo a última hora alguien, probablemente mi madre, llegó diciendo que algunos órganos habían empezado a paralizarse.

El lunes por la mañana yo tenía examen y cuando me levanté, escuché una llamada. Era el hospital alertando a mi madre de que el estado de mi abuelo se había agravado. No necesité que nadie me dijera que ya no había solución, claro está. Mi tío llegó, me dejó en la universidad para hacer el examen y ellos fueron hacia el hospital. Yo hice el examen, un 5, sabiendo que mi abuelo probablemente ya había fallecido. Salí del examen, cogí el autobús y me paré en el hospital. Me llegué a la zona de la UCI y allí pregunté por mi abuelo esperando la confirmación. Una enfermera miró a la otra y mitad me lo dijeron, mitad le dije yo a ellas que ya lo sabía. Les di las gracias y volví a casa.

Esa tarde y la siguiente supuestamente debía estudiar para otro examen. No estudié nada (suspendí de hecho) y en cierta forma me sabía mal pues sabía que lo de mi abuelo ya no tenía solución pero bueno, cada uno es como es. Enterramos a mi abuelo y a diferencia de con mi tía, no derramé apenas una lágrima. Me había dado tiempo a hacerme a la idea de que iba a morir y no estaría más conmigo. Sólo un momento de debilidad, el que siempre es el peor, cuando el ataúd entra en el nicho para quedarse. Hasta entonces siempre ha estado contigo, incluso sin vida, pero ha estado ahí contigo. A partir de entonces se produce una ruptura, él se queda, tú te vas y te llevas contigo sólo el recuerdo. El recuerdo de un buen hombre, al que afeitaba, con el que jugaba al dominó y que veía las películas "de cante" en el VHS una y otra vez.

Un saludo, Domingo.

De vuelta

Bueno, ya estamos de vuelta. De vuelta del trabajo a destajo en el mes de agosto, de vuelta de mirar y remirar para comprar un coche que sustituya al otrora fiel Almera cuya bomba de inyección se lo está pasando en grande por ahí y casi de vuelta al horario de trabajo de invierno; una semana falta.

Pero bueno, vayamos por partes. Esta semana pasada ha sido bastante más tranquila en el trabajo que las anteriores pero, a pesar de todo, el jueves no pude ir a jugar al fútbol. Bueno, lo de jugar al fútbol es un decir porque en realidad también era el cumpleaños de mi abuela y acudí a la fiesta pasadas las 11 y media de la noche :-S. Ayer el día tampoco fue tranquilo pero sí fue algo mejor. Esperemos que las cosas sigan esta tónica pues mi jefe se marcha de vacaciones y durante una o dos semanas yo quedo como cabeza visible. A pesar de todo, lo malo no será cuando esté yo, sino cuando no lo esté pues durante semana y pico no estaremos ninguno de los dos. ¡¡¡C'est la vie!!!

Pasando al segundo tema, el lunes o el martes debería recoger el coche nuevo. A ver si hay suerte y el "sustituido", que pasará a poder de mi padre, me lo devuelven reparado y bien reparado de una vez. Últimamente y por diferentes razones he debido mirar muchos coches y hay cosas que no terminan de quedarme demasiado claras. En particular no sé cómo hay "clientes" y "clientes". Hace nada anunciaba yo un pequeño retraso parcial "provisional" de un máximo de tres días y en seguida me estaban pidiendo explicaciones. El mecánico que lleva el coche (a la sazón familia de la familia ) y los de Madrid que deben arreglar la bomba de inyección llevan más de mes y medio con mi coche y evidentemente no se te vaya a ocurrir preguntar por qué.

Igualmente, como me decía hará dos o tres semanas Sergio, el mercadeo a la hora de comprar un coche es algo sumamente molesto. Tienes la sensación de estar en un zoco regateando sabiendo que por más que pidas, ellos nunca van a perder dinero y en cambio tú sí que pareces el interesado que sólo se mueve por el dinero. La compra del coche me ha proporcionado alguna anécdota curiosa al respecto, que algún día imagino contaré, jejeje.

En cualquier caso, paso a glosar las cosillas que un coche de hoy en día debe llevar de serie si no quiere uno parecer un Neanderthal:
  • Entre 4 y 8 airbags. Menos de 4 es retrógrado, 8 o más lo aconsejable. Esto es como los programas en Windows, mínimo 256Mb RAM, recomendado 512Mb (sí, ya sé que también en esto estoy anticuado).
  • 4 estrellas Euroncap, aunque 5 es lo ideal. Por cierto, mucho cuidado con la seguridad por impactos laterales. Esto me lo tomo un poco a guasa pero en realidad yo me decanté por el 5 estrellas Euroncap. De hecho les dije a los de 4 que si me rebajaban el coche a 12.000 euros, entonces la quinta estrella se la ponía yo como pudiera. No me lo rebajaron ... me compré el otro (si es que me muevo por el dinero y sólo por el dinero). A pesar de todo, la web http://www.euroncap.com/ ha sido probablemente el descubrimiento del proceso (aunque ahora mismo, mientras escribo esto, no esté accesible). Te comparan la seguridad de los diferentes coches agrupados por segmento con una interfaz bastante amigable e intuitiva.
  • CD y MP3. Por supuesto, dónde va uno con los antiguos cassetes y la radio?. Como en Windows, mínimo CD, aconsejable MP3.
  • Distribuidor electrónico de frenada (EBD), sistema antibloqueo de los frenos (ABS), no sé qué cosa más y además el controlador de estabilidad (ESP) y el de tracción (TCS). Como me decía aquel vendedor ... eso hay que ponerlo porque el resultado es que salva vidas. Lo que no supo muy bien era qué decir cuando le dije que en el suyo era un opcional mientras que en otros venía de serie. Probablemente era el prototípico vendedor de automóviles que sostenía más allá de toda duda que su marca había inventado el concepto de la seguridad en el automóvil (o casi).
  • Aire acondicionado ... por razones obvias. Aunque recomendamos climatizador, naturalmente.
  • Y por último una serie de añadidos de moda tales como el "gluglú", también conocido por otros como el "blutú" y el control de velocidad o "cruiser" que ya tuve la oportunidad de experimentar en las largas carreteras estadounidenses (no sé si era la I-90 o la I-92 o algo así la que tenía una longitud de más de 500 kms. en línea fundamentalmente recta), por no hablar del ordenador de a bordo, con el que no puedes jugar al buscaminas pero que al menos te dice cuánto combustible estás gastando, la velocidad media y esas cosas.
El coche en cuestión no tiene todos estas cosas, aunque sí la gran mayoría y las que no tiene me las reservo :-P. Pero en cualquier caso, contrasta esto con los antiguos coches que sin tener nada, a pesar de todo andaban y te llevaban de un lado para otro. Es más, seguro que tú mismo podías arreglar uno de estos coches cuando se te estropeaba, a poco que fueras un poco manitas y no te asustara la grasa. Como diría Don Hilarión ... "Hoy los tiempos adelantan, que es una barbaridad ... y si tu coche se atraganta bien caro lo pagarás".

Pero bueno, dejemos las cuitas automovilísticas a un lado que bastante mal lo está pasando Alonso con las suyas como para que nos preocupemos por las nuestras que son menos importantes ;-).

Pensando, pensando en qué cosas se me podían estar quedando en el tintero, me he acordado de algo, de varias cosas de hecho, que debo hacerme mirar. Las tres están relacionadas con la casa.

La primera es que por ahora mi registro jugando a los dardos es bastante pobre: 2 partidos, dos derrotas. Y mira que en ambos llegué con una ligera ventaja a las dos últimas tiradas pero entonces ella es cuando se crece y yo cuando me vengo abajo :-(. Habrá que entrenar más.

La segunda es que tengo humedades en el techo del cuarto de baño. La "buena" noticia es que la vecina de arriba es una amable ancianita alemana que viene aquí a pasar los inviernos y que además deja su casa protegida con unas cadenas de un grosor tal que parece más fácil quitar la reja que abrir el candado. Llamé a la comunidad y me dijeron que el fontanero se pondría en contacto conmigo para ir a verlo y descartar que se trata de algo que concierna a la comunidad. Todavía estoy esperando. La verdad es que quería haber llamado ayer o antesdeayer pero al final el trabajo hizo que ni me acordara :-(.

Y esto me hace pensar en por qué todo el mundo parece que se mueve cuando les va algo en juego (bueno o malo, una comisión por un coche o un puteo por ejemplo) en vez de de porque es su trabajo. El último ejemplo es además uno que ni siquiera entiendo. Llamo a un operador de telefonía para darme de alta y tras más de un mes y llamar varias veces para comprobar el estado del alta, todavía sigo esperando.

En fin, por hoy ya está bien. A ver si la próxima vez tardo menos en escribir. Es más, hay dos cosas que tengo pendientes en el blog y algún día de éstos me dará vergüenza retrasarlas más y escribiré sobre ello. Quizás haya quien no lo recuerde, pero yo sí. Palabrita ;-).

Un saludo, Domingo.