sábado, enero 27, 2007

Asuntos pendientes

Pensaba yo que este fin de semana lo podía dedicar, lo estaba dedicando de hecho a liquidar asuntos pendientes, pero por ahora lo único que estoy consiguiendo es dejar más cosas por la mitad.

Por lo pronto ayer iba a arreglar el resposapiés del sillón que compré a mis padres y a ello me puse. Reparé con una pasta comprada a tal efecto el enganche defectuoso del reposapiés y, tras comprobar que funcionaba correctamente, salí en busca de nuevos retos.

Después de "arreglar" el sillón, fui a comprar unos cuantos "lápices usb". Me habían mandado un sms según el cual ya estaba preparado el pedido así que allí me dirigí, pero cuál no sería mi sorpresa al ver que el pedido estaba mal. Faltaban y tenía que esperar hasta el lunes y no sabían siquiera si el lunes era seguro que llegasen. Algo se ve que tuvieron que hacer puesto que a pesar de que el pedido que ellos veían era de una única unidad, ni siquiera esa unidad estaba en existencias. Así que, por ahora, toca esperar.

Tras eso, fui para mi últimamente descuidado piso. Hice una parada técnica para ver mesas de comedor pero al final lo que compré fue una "entradita" compuesta de mueblecito zapatatero, percha y espejo. Llegué al piso y desembalé todo. Iba a empezar a montarlo pero la hora y cuarto que supuestamente se tarda en montar no me pareció realista. No sé además por qué ponen el tiempo que tardaría una persona que ya haya montado miles de ellas. En fin, el caso es que allí se quedó junto con el soporte para la TV del cuarto. Depende de cómo vaya la tarde, lo mismo me voy a montarlos.

Por la noche, llegó otra de esas charlas que te ayudan a hacerte una composición de lugar, a saber realmente dónde estás, de dónde vienes y a dónde vas. Tampoco daré muchos más detalles aunque alguno diga ... ¿ah, pero has dado alguno?.

Esta mañana, comenzó con el partido de fútbol de rigor. Sólo hemos aparecido siete, como viene siendo frecuente últimamente. Así que tres contra cuatro y yo en el equipo de cuatro. Evidentemente no se trata de contar los goles sino de correr y de pasar un buen rato. He podido comprobar que los tres partidos semanales que estoy jugando me están sentando realmente bien. De hecho, tras donar sangre el lunes, apenas noté ninguna merma en el partido del jueves y ninguna en absoluto hoy. Además mi resistencia va aumentando y puedo pasar una buena parte del partido corriendo y presionando. Lo que no mejora es mi técnica ni mi puntería pero soy consciente de que eso nunca lo hará :-D.

Al acabar el partido, venía escuchando la radio y reconocí la canción de Laura Pausinni de la que hablaba hará un tiempo. Me parece una canción ideal para esos momentos en que realmente estás superando las cosas, cuando piensas en la otra persona pero ya prácticamente te da igual. Ojalá no tenga que volver escucharla y sentirme representado como la vez anterior. Así que para evitar esto, si al final el tiempo dijera que no, le pediré a los señores de Kiss FM que la quiten momentáneamente de la programación :-).
Bueno, la canción en cuestión es:
http://www.letrascanciones.org/laura-pausini/escucha/escucha-atento.php

Y ya llegué a mi casa. A tiempo para revisar la alineación de los sábados y para ducharme y hacer como el resto de mi familia que se da masajes en el sillón. Eso sí, al ir a probar el reposapiés, me he encontrado con la desagradable sorpresa de que todo fue en vano pues el "arreglo" se ha salido del sitio destinado para él. Me temo que tendrá que llegar mi padre con una broca de metal y la remachadora para ponerlo bien. Aunque ahora después lo mismo intento algo con el resto de masilla que quedó, no sé.

Y esto es todo por hoy. A ver qué tal se da la tarde, esperemos no seguir dejando cosas a medias.

Un saludo, Domingo.

domingo, enero 21, 2007

Otro fin de semana

¿Cuántas veces habré escrito una entrada con un título similar?. Pues no lo sé, no llevo la cuenta. El caso es que es la frase típica cuando la semana ha pasado sin mucho que reseñar. Una semana normal, la tercera del primer mes del año y la que ya anuncia que pronto el primer mes del año morirá de frío, bueno este año de calor.

Eso era lo que iba a escribir el fin de semana pasado, pero al final no lo escribí; se quedó como borrador porque preferí emplear el tiempo en cosas mejores. Porque en realidad no fue una semana tan al uso; había y hay novedades, algunas, en mi vida. El trabajo ha experimentó una sensible mejoría en cuanto al número de cosas para hacer y número de personas para hacerlo, pero ha sido temporal. Esta semana ya tenemos más cosas y menos gente para hacerlas. Aunque a pesar de todo, todavía sigue siendo aceptable.

Pero el principal cambio se ha producido en lo personal. Parece que se alinearon los astros y justo cuando ya di por finiquitada toda opción realista con la última decepción, apareció alguien que me hizo sentir que esta vez sí puede ser diferente. Casi me da miedo decirlo aquí no vaya a ser que se gafe, sin embargo si al final todo se malograra, la cosa no diferiría mucho de decepciones anteriores, las que más me han enseñado de mi persona en los últimos tiempos y a las que tengo que estar agradecido por la oportunidad que hoy se vislumbra.

Ahh, por cierto :-D, me eliminaron de la copa en séptima ronda (todo un récord) y gané al mejor equipo del grupo con todo un ejea que me devuelve al medio de la pomada con media liga por disfrutar. Er Jactric Eh Asin ;-).

Un saludo, Domingo.

sábado, enero 13, 2007

Al final llegaron

Si es que no se puede hablar, justo cuando pensaba que no iban a llegar ... llegaron. Es posible que alguien se pregunte qué me trajeron, también es posible que a nadie le importe pero bueno, es mi diario y ... eso. Total que voy a contarlo. Por lo pronto me acaban de echar una migración a la nueva versión de Blogger. Y es que Blogger también se ha portado y aunque hace una semana (incluso creo que hace unos días) todavía no permitía migrar los blogs colectivos, hoy sí me ha dejado.

Pero sin lugar a dudas el mejor regalo ha sido el poder mantener mi mano izquierda incólume ... o casi. De hecho incólume salvo por un pinchacillo de nada que apenas ni sangró. Teniendo en cuenta lo que podía haber pasado, no puedo sino sentirme afortunado. Y es que anoche me disponía a cenar y cuando me iba a sentar mi madre me pidió que cortara un queso semicurado de éstos durillos de cortar.

Lo primero que pensé es que ya me lo había pedido por la tarde un par de horas antes y lo segundo que para variar me lo pedía a mí estando allí mi hermano al que parece que el esguince en el tobillo incapacita para poder cortar un queso. Aunque de hecho el esguince no tiene nada que ver puesto que en realidad nunca ha cortado un queso, ni antes ni después ni creo que se lo pidan porque siempre es más fácil pedírmelo a mí. Y si pregunto por qué, me dirá y me dirán que no sabe y es que los que nacimos enseñados para todo tenemos esa suerte que los otros no tienen.

Pero bueno, es algo asumido, algo que parece que va con el cargo y el sueldo de charcutero casero (salvo por el jamón que es cortado el 75% de las veces por mi padre). El caso es que cogí el cuchillo, un cuchillo de éstos con pinta de bueno (unos 3-4 cms. de ancho, pero sólo es la pinta; no miré el lugar de fabricación pero lo que es seguro es que no es acero toledano, ése mismo que no podían atravesar las flechas y que por ello tan codiciado era) y con el mismo cuchillo que otras tantas veces había cortado quesos, procedí a llevar a cabo la no rutinaria, pero tampoco desconocida labor. Empecé clavando la punta en el centro del queso. Ignoro si se hace así, pero así lo he hecho yo casi siempre. A continuación profundicé un poco y llegado el momento oportuno, empecé a doblarlo con el fin de ir cortando la corteza y dejar hecho el primer corte que daría paso al resto.

Una vez obtenido ese primer corte, ya sólo es cuestión de subir y bajar el cuchillo venciendo la dura oposición del queso que entre otras cosas se empeña en llevar el cuchillo al lado oscuro. Normalmente si la inclinación no es muy grande, dejo que lo lleve la lado oscuro y acabo nivelando a mano una vez cortada la cuña. Esta vez la inclinación era sensible pero no ostensible así que nada, a proceder con el sube y baja. Para esto, me suelo ayudar de las dos manos, colocando la derecha en el mango y la izquierda en el borde superior de cuchillo, lugar donde se puede hacer la suficiente presión como para ir cortando poco a poco la parte más interna del queso.

Pero esta vez una sorpresa me esperaba. Súbitamente la mano del mango golpeó la mesa y la otra quedó más o menos en el aire y con un ligero dolor. Miré instintivamente la mano sabedor de que lo que había ocurrido era que el cuchillo se había roto y muy probablemente la mano que tenía apoyada en el filo debía tener un serio corte que sería sólo cuestión de segundos que empezara a sangrar. Miré la mano y percibí claramente la zona donde segundos antes presionaba el filo del cuchillo y un puntito más oscuro donde aparentemente algún trozo del cuchillo roto había rozado. Pero para mi alivio no parecía haber corte alguno; me presioné y examiné la zona para asegurarme de que realmente nada había pasado pues no terminaba de creérmelo y efectivamente, así era. Una vez tranquilizado y ante la mirada incrédula del resto de la familia, procedía a quitar el trozo de cuchillo que todavía permanecía clavado en el queso. Lo quité y tras bromear mi hermano con mi madre diciendo que no lo tirara que todavía podía aprovecharse, fui a por la cocina a por el otro, uno más chiquitito pero realmente bueno, de éstos de toda la vida y con él, acabé la faena.

Así pues, al final todo se saldó con un simple pinchacito y con la conciencia de que tuve suerte, mucha suerte. A lo peor, hoy hubiera estado con algún serio problema de tendones, con la mano tocada durante semanas, probablemente teniendo que pedir la baja y por supuesto sin haber podido jugar al fútbol esta mañana.

Menos mal que Baltasar esta vez se ha portado ;-). No puedo sino aplaudirle ... con las dos manos buenas :-D.

Un saludo, Domingo.

jueves, enero 11, 2007

Baltasar

No recuerdo cuál era mi rey favorito de pequeño. Intuyo que sería Melchor pero también resuena en mis oídos el nombre de Baltasar. Imagino que sería el que más le gustaba a mi hermano, mis primos, mis padres o mis tíos. Imagino también que el hecho diferencial que lo distingue de los otros dos podría tener algo que ver. ¿Quién sabe?. El caso es que creo que a mí el que me gustaba era Melchor, el más sabio, poseedor de esa sabiduría que sólo dan los años. Una barba blanca serena y reposada, barba que empieza a ser rala en algunos sitios e hirsuta en otros. Una barba que no tiene la exuberancia de su compañera morena o pelirroja y que ha visto mucho más mundo que la joven perilla del rey subsahariano. Aunque eso puede cambiar perfectamente pues por ahí he leído también que el lampiño era Gaspar y el barbudo Baltasar. Por cambiar puede cambiar hasta su origen pues la wikipedia dice que Melchor era un moreno asiático y Gaspar un blanco europeo. Si no hubieran pillado a la Wikipedia en algún que otro renuncio hasta estaría corrigiendo lo anterior ;-). Pero bueno, para lo que voy a contar ahora tanto monta.

El caso es que el que me gustaba era Melchor, quizás por eso de que llevó el oro o de que simbolizaba a mi juicio esa sabiduría que me hubiera gustado tener incluyendo quizás algo más de inteligencia emocional aunque eso es otro tema. Sin embargo, a pesar de todo esto, el que se ha pasado este año por mi casa es Baltasar. Ha sido además un Baltasar de luces y sombras; unos treinta años, moreno (dizque a causa de que los rayos solares inciden en su tez sábados y domingos durante un par de horas), con una poblada perilla negra que a sus abuelas disgusta y calvo para terminar de rematar la jugada. Ya podía haberse puesto peluca. Total, ¿no se untan otros betún?

Y además encima impuntual. Digo esto porque la fecha elegida no ha sido la usual. Se pasó antes de lo previsto para traer un sillón de masaje (también dizque de oferta en sumobel según cuentan las malas lenguas) para mis padres. Se pasó después de lo previsto para traer Ángeles y Demonios, La Fortaleza Digital y La Conspiración, todos ellos de Dan Brown para mi hermano y un saquito de carbón negro para mí. Ponía por algún lado que el contenido del saco era comestible y que hasta podría estar bueno, sin embargo. No he querido probarlo pues el carbón es siempre carbón, un castigo para el alma y no vamos a convertirlo además en un castigo para los dientes.

Estaba haciendo memoria y como en mi casa nunca ha sido costumbre que los Reyes vinieran con cosas para los mayores, y por otro lado yo siempre he sido bueno, hasta ahora nunca me habían echado carbón. Tengo que tomármelo por tanto como una llamada de atención. Se ve que algo he debido hacer mal en los últimos doce meses y sin duda mis fracasos más sonados han sido en el terreno sentimental así que todo me lleva a pensar que ese tal Rey Baltasar (tengo que tener cuidado o me acusarán de xenófobo y racista) me castiga por ello. Es ya lo que me faltaba, yo lo intento, me sale mal y encima carbón. ¿No podía ser esto como la LOGSE que por poner voluntad te aprueban?.

En fin, de nada sirve lamentarse, simplemente toca tener más cuidado este año para que el próximo no se repita este desaguisado. Por otro lado, también si lo hago mejor y teniendo en cuenta la diferencia de regalos con el resto de la familia de este año, quizás el que viene me toque a mí el regalo bueno. En eso habrá que confiar entonces.

Un saludo, Domingo.

domingo, enero 07, 2007

Algunos números

Siempre me ha gustado sacar algún que otro número para tener una idea de cómo iban las cosas, vamos, eso que básicamente hacen en las televisiones cuando no tienen nada y necesitan rellenar. Pues eso, yo igual. Hace casi un año hablaba de lo que pasaba hace casi dos años y para ello utilicé una entrada/resumen.

Entonces hablaba de 125 entradas en 365 días. Hoy hablo de que éste acaba de nacer, pero el blog antiguo se archiva justo con 250 entradas. De hecho ésta es una de las razones por las que lo archivé pues no sé exactamente qué hace Blogger cuando se llega a las 1000 entradas. Sí sé que por pantalla no pueden aparecer más de 999. Y evidentemente, a este paso, en 8 añitos de nada hubiera tenido que decidir qué hacer con el blog :-D.

Eso me recuerda a las donaciones de sangre. Debo llevar unas 65 ó 66, la última, de plasma, esta semana pasada. Así que también en unos añitos llegaré a las 100. Este año 2007, se cumplirán 10 años desde mi primera donación, así que si mantenemos la media (y eso será bueno porque implicará que la salud habrá acompañado), esto sucedería en unos 5 años. Quince años para donar 100 veces; no está mal y ni siquiera es mucho tiempo, no es mucho tiempo si pienso también que ya mismo hará 7 años desde que entré en la empresa como becario y un par de meses después, los hará desde que firmé el contrato. ¡Cómo pasa el tiempo!.

Pero volviendo al blog, el otro día hice la copia de seguridad que hago de tanto en cuanto y me encontré con la sorpresa de que el fichero con el texto ocupaba 1245kb frente a los 800kb de 6 meses antes. Básicamente eso significa que en los últimos seis meses he escrito lo que antes escribía en 9 meses. Imagino que eso se debe sobre todo a los relatos, que son usualmente más voluminosos que una entrada normal.

En todo caso, abriendo el ficherito con el Word he conseguido sacar en claro que hay:

250 entradas
221 comentarios (imagino que alrededor del 40% serán míos contestando al comentario original)
172 páginas
190.402 palabras
1.063.521 de caracteres (incluyendo espacios, 870.070 sin espacios)
1378 párrafos
17323 líneas

Si todo esto es cierto, eso entre otras cosas implica que cada párrafo tiene unas 12,5 líneas y eso a su vez que sigo sin saber escribir y que escribo como pienso. Todavía recuerdo cuando en el Word 97 miraba las estadísticas de legibilidad de Flesch. Siempre ponía que utilizaba un vocabulario difícil de entender para la media y que en general mis frases y párrafos eran demasiado largos. Ahora no puedo sacar esas estadísticas porque para ello hace falta tener instalado el Office en español y yo lo tengo en inglés, pero sin duda arrojarían un resultado similar.

Para acabar, simplemente quisiera desearme con unos días de antelación (igual que el año pasado fueron de retraso) un feliz Blog-pleaños a todos en general y en particular a todos ... todos :-).

Un saludo, Domingo.

sábado, enero 06, 2007

Carbón, Confusiones y Confucio

Empezó el año y con él continúa en cierta forma lo que se había interrumpido a causa de las vacaciones (los que las hemos tenido) navideñas. Evidentemente hoy el mayor acontecimiento de la mayoría de las casas lo ha supuesto la precipitada llegada de sus Majestades de Oriente. En la mayor parte de los casos habrán tenido el tiempo justo de beberse los vasos de leche (o dárselos a los sedientos camellos) y picotear de entre las cosas que hayan tenido a bien dejarles.

Sin embargo, no desvelo nada importante si digo que la mayoría de los niños no sabrán que los auténticos Reyes están más cerca de lo que parece. Los Reyes no son ni más ni menos que ... ellos mismos. Y no sería justo decir que ellos son los Reyes porque en este día son los reyes de la casa, es que son los reyes porque son los que deciden en gran parte si tienen o no regalos (según se hayan portado) y qué regalos son (para eso está la carta).

Yo ya no soy un niño, aunque a veces pueda comportarme como tal, y por este motivo imagino que sólo me habrán traído carbón. Y además imagino porque ni he salido a buscarlo. ¿Motivos para pensar eso?. Pues es simple, como yo, con mi comportamiento, soy el que decido si tengo regalos o no, pues he decidido que este año no tendré más que carbón y que me lo auto-regalaré. Ésa ha sido pues mi particular carta y a buen seguro que SSMM de Oriente se habrán esforzado por que así sea. No sé, como luego he quedado para celebrar la primera "mini fiesta/cena/inauguración" del piso, quizás esté de mejor humor y me decida a buscar activamente mi trocito de carbón que por algún lado andará. ¿Será una mulata :-O?.

Bueno, volviendo al nuevo año, éste ha llegado con re-inauguración de blog y archivado de correo , archivos y demás cosas. Todavía me quedan cosas por hacer, cambiar alguna que otra contraseña, hacer copia de seguridad de las fotos, terminar de leer las noticias atrasadas del año pasado etc. Curiosamente esta mañana mientras me ponía al día con el correo he llegado por casualidad a un correo no leído (marcado como no leído de hecho) de un amigo. Lo revisé y pude comprobar además que realmente sólo lo había leído parcialmente.

El caso es que muy cerca, a tan sólo unos días de distancia, vi su correo. Pensé si sería el último que había recibido. Ordené por nombre y efectivamente allí estaba, el primero de la lista o equivalentemente el último recibido y en este caso lo último que supe de ella. ¿Hace cuánto?. Pues dos meses exactos. Y por supuesto justo entonces llega el pensamiento obvio: "¿Seré imbécil?". Todavía pensando y dando vueltas a algo que debía estar tan cerrado. Pero bueno, sin duda es parte del proceso. No sé si porque todos los procesos tienen que ser así o simplemente porque este proceso es así, pero es evidentemente parte del proceso.

En otro orden de cosas, otro de los correos que había marcado como no leídos era uno con citas de Confucio. Con este hombre me pasa como con Woody Allen, la mayoría de sus citas me encantan. He aquí algunas de las que me pasaron, en el idioma en el que me las pasaron, el de Shakesperare: http://www.quotedb.com/authors/confucius

Y para los que no gusten del mismo, aquí una versión es román paladino: http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=244

El caso es que quería comentar una de las citas que me mandaron y que traduciré ex-profeso.

"De tres formas podemos adquirir sabiduría: Primero por la reflexión, que es la más noble; segundo por la imitación, que es la más fácil; y tercero por la experiencia, que es la más amarga."

La frase simplemente me gustaba, pero ahora he empezado a pensar sobre ella. Tengo la sensación de que la mucha o poca sabiduría que pueda yo tener ha sido adquirida por los medios primero o tercero. En realidad imagino que esto no es así y que simplemente olvido la multitud de ocasiones en que he acudido a la imitación. Es más, es obvio que las cualidades que pueda compartir con mis progenitores han sido adquiridas por la mera imitación. Pero es curiosa la mente humana, como dije una vez en un correo, lo que fácil se aprende, fácil se olvida. Otras veces no se olvida, pero sí se olvida cómo se aprendió y hasta se atribuye uno mismo ese mérito.

Y bueno, había pensado en acabar con la letra de una canción de Laura Pausini que escuché el otro día en el coche. Era una canción de comienzo triste pero de fondo positivo pues al final hablaba de que lo superaría o lo superó o algo así. Últimamente uno de mis hobbies cuando escucho una canción es intentar ver cuánto de común tiene esa experiencia con alguna de las mías y si me podría ser aplicable. Usualmente no hay ninguna con la que me sienta identificado al cien por ciento, pero ésta me llamó la atención porque aunque me resultaba familiar, nunca había escuchado la letra con la suficiente atención como para captar el matiz del final. Pensé entonces en que sería una buena letra para poner en la siguiente entrada en el blog. Sin embargo, como la siguiente entrada en el blog tardó en llegar, olvidé cuál es la canción y a pesar de que he buscando entre las letras más conocidas, no he dado con ella. Si la vuelvo a escuchar (y me acuerdo), la pondré por aquí.

Un saludo, Domingo.