A diferencia de otros viajes, procuraré que éste sea descrito de forma un poco más breve, haciendo hincapié sobre todo en las cosas que vimos.
Empezaremos por Bruselas. Llegamos el lunes 23 tras un par de vuelos sin muchos sobresaltos. Recogimos las maletas que tardaron un poco (y no me extraña porque la cinta está lejísimos de donde aparcan los aviones) y como ya era tardecillo, comimos unos "algos" en el aeropuerto antes de tirar para Bruselas. Tras comer, cogimos el Airport Express con la intención de bajarnos en la estación que estaba más cerca del Hotel. Casi lo conseguimos a la primera puesto que nos bajamos una antes y tuvimos que esperar al siguiente (tardó poco) para que nos llevara a la "Gare du Midi".
Nos bajamos y nada más hacerlo pudimos comprobar dos cosas, la estación estaba muy bien y la zona del hotel, tal como habíamos visto en algunas opiniones, no tanto. En realidad, creo que la gente es muy alarmista puesto que yo en ningún momento me sentí preocupado en aquel barrio durante la semana que estuvimos. Sí que es cierto que se trata de un barrio típicamente obrero, lleno de inmigrantes en su mayoría marroquíes/árabes, aunque también sudamericanos. Sin embargo, la profusión de coches caros por la zona (Mercedes sobre todo, que ya se sabe que tienen fama de gustar a los marroquíes), un concesionario de Skoda/VolksWagen/Audi justo al lado del hotel y alguna que otra cosilla más hacía sospechar que la zona no era tan mala como los comentarios nos habían hecho creer. Eso sí, el acerado estaba en muy malas condiciones y no era fácil ir con las maletas por allí. He de reconocer que fui yo el que se empeñó en ir andando al hotel (que supuestamente y de hecho estaba cerca) y fui yo el que se llevó las lógicas increpaciones ... pero, yo quería saber cómo era el barrio de primera mano, sin esperar a ver por dónde nos llevaba un taxista.
Entramos a la habitación y allí, sí, efectivamente, se cumplieron los comentarios que habíamos leído. Estaban viejas pero limpias y la verdad es que parecían más habitaciones de hostal que de hotel. Sin embargo, la misión de la habitación era la que era y por tanto suficiente para nosotros.
Salimos de la habitación y fuimos para la Estación Central donde habíamos quedado con mi amiga. De allí y tras un breve paseo turístico fuimos a su casa y allí ... ¡¡¡¡¡arreglé un ordenador!!!!!, tras cenar, claro está :). Llegado el momento, pedimos un taxi y nos recogió Elías, el que se convertiría en nuestro chófer oficial ya que las tres veces fue él el que nos atendió.
Para entonces ya me había dado cuenta de que podía manejarme en francés. No lo suficiente como para hablar fluidamente, pero sí para mantener conversaciones sobre trenes o con taxistas. :-D.
El día siguiente estuvimos haciendo una visita a mi amigo "El Antonio" cuya foto aparece en la entrada anterior y al "Mini Europe". También pudimos ver cómo se las gasta el tiempo allí y es que cambiaba más que en Chicago, que ya es decir :-D. Por la tarde, volvimos a la Grand Place, estuvimos viendo precios de los chocolates que de forma invariable habría que llevar de vuelta a guisa de regalo y además vimos también al niño meón que unos 13 años después de haber estado yo por primera vez en Bruselas, todavía seguía allí.
Por último, cenamos en un italiano que tenía un pan y hacía unas pizzas riquísimas. El italiano estaba en una calle repleta de restaurantes a diestra y siniestra, procedentes de una amplia gama de países mediterráneos.
Al día siguiente, estuvimos en Brujas y cuando volvimos, ya tarde, estuvimos en la "Foire du Midi", la feria del barrio donde nos alojábamos. Resultó ser una feria de lo más conocido ya que el formato era muy similar al de las ferias de aquí. No sé si podría ser de otra forma. Evidentemente no podía ser tan grande como la de Málaga pero sí era como una feria de pueblo, con dos o tres atracciones "grandes", es decir de las que necesitan de maquinaria pesada.
Allí probamos una de las cosas típicas de allí que no es más que patatas fritas con diferentes salsas. Junto a las típicas como son el ketchup y la mayonesa, hay una que se llama "Andaluza" por algún motivo que no descubrimos, otra de curry y dos o tres más que ahora no recuerdo.
Y sobre Bruselas, lo que queda es el penúltimo día, que también lo dedicamos para visitar la ciudad. Vimos edificios y más edificios y la Catedral y dos o tres iglesias muy bonitas y el Parque Botánico y el Palacio Real por fuera porque ya había cerrado y las plazas de los Sablons, la del pequeño, coqueta y bonita y la del Grand Sablon que aunque en internet habíamos leído que era la más elegante de Bruselas, resultó ser un completo fiasco; un aparcamiento más que nada.
La verdad es que muchas de estas cosas merecerían un relato más detallado, como que fuimos a una iglesia que parecía el congreso (puesto que habíamos visto que el congreso estaba por allí) pero que al final no lo fue y que eso nos hizo estar andando en torno a una hora (ida y vuelta). A la vuelta pasamos por el Jardín Botánico donde estaban haciéndose fotos los diferentes componentes de una boda (de las dos que vimos aquel sábado). Eran bodas curiosas, de "afro-europeos" y en cierta forma era como ver un capítulo de "Cosas de casa" porque también se pudo ver algún ejemplar curiosillo (como en toda boda, por otra parte).
La verdad es que la parte que más me gustó fue toda la zona del "Sablon", quitando la plaza grande, claro está. Por allí pudimos ver varias cosas realmente impresionantes. La Iglesia del Sablón, por ejemplo, era muy bonita. Y después de eso, nos fuimos ya, un pelín derrotados, a la Grand Place en busca de las tiendas de chocolates :-D.
Y poco más, compramos los chocolates y volvimos a cenar en el mismo italiano, aunque esta vez el pan estaba más "tieso", aunque la masa de la pizza igual de buena. El resto ... en otra entrada :-D.
Un saludo, Domingo.
jueves, agosto 02, 2007
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