lunes, octubre 29, 2007

Reflexión

Cierto es que últimamente no hago más que repetir que tengo poco tiempo y que el poco tiempo que tengo lo dedico a ... esto de escribir. Bueno, en realidad no. En realidad lo dedico a jugar al fútbol los jueves, a mirar el correo a intentar buscar una camisa y una corbata para el bautizo (aunque a esto no le dedico mucho, la verdad sea dicha), a visitar Andalucía, a ... y a alguna que otra cosa más.

Hablando de visitar Andalucía, en el puente del Pilar fuimos a Huelva. Es una de las cosas sobre las que tengo pendiente escribir. El viaje en sí ... bueno, eso forma parte de otra entrada así que lo pospondremos :-).

El caso es que todo esto es para comentar que ya no me da tanto tiempo a divagar sobre cosas ni a escribir sobre ellas. De igual forma, también hay pocas veces en las que diga: "Esto sería ideal para el blog". Pero hoy sí que lo he dicho. Hoy estaba cambiando la frase que suelo poner cada semana en el messenger del trabajo cuando he visto ésta (creo que era la que salía por defecto):

"No puede conseguirse ningún progreso verdadero con el ideal de facilitar las cosas.", Hermann Keyserling

Esto me recuerda que he hablado de mi tiempo libre como si lo único que hiciera en mi vida fuera las cosas que hago en el tiempo libre. Pues no, afortunada o desgraciadamente también trabajo. Y en el trabajo me dicen cosas como que tengo dotes de comunicador e incluso se asombran de que pueda redactar dos o tres párrafos en medio de un curso, en relativamente poco tiempo y haciendo guiños a un texto ajeno así como tocando temas de actualidad. Ya me dijo Giovanni una vez que escribiera como en el blog pero no, las colaboraciones puntuales no son el blog :-P.

Volviendo al tema, leí la frase y me dije que ésa era una frase sobre la que escribir en el blog y, de hecho, me la he enviado al correo para acordarme. Y en ello estamos. Pues eso, el caso es que me ha parecido una frase sobre la que merecía la pena reflexionar. No tiene necesariamente por qué ser verdad, ni necesariamente por qué no serlo; para mí una frase buena es aquélla que simplemente te hace pensar y ésta lo hizo.

La verdad es que todo el progreso que vemos a nuestro alrededor se basa fundamentalmente en facilitar las cosas. El agua corriente llega a las casas para evitar tener que ir bien andando, bien cargado con una acémila o similar a una fuente que podía distar kilómetros a veces. La luz eléctrica nos proporciona alimentos frescos, luz a todas horas del día y hasta conexiones a internet donde el que quiera puede escribir las cosas que le apetezca con la intención o no de que lo lean. Esa misma luz eléctrica puede permitirte hablar con alguien que acabe siendo especial o todo lo contrario, cualquier cosa menos especial pero en cualquier caso, uno pensaría que sí que le facilita la vida a uno.

Sin embargo, uno también pensaría que para progresar es necesario esforzarse y es necesario llevar a cabo empresas que implican cuando menos algo de sacrificio. Y es que ya lo dije yo en un correo hace muchos años: "Lo que rápido se aprende, rápido se olvida".

Es en este punto en el que que me pregunto si la frase tendrá dos puntos de vista: el personal y el general. Pudiera parecer que desde el punto de vista general, el que alguien pueda concebir el progreso como la comodidad propia es un tanto contradictorio ya que no en vano tendrá que hincharse de trabajar para luego poder hacer el vaguete. !!!Jejeje, anda que no sabemos nada de eso los matemáticos¡¡¡. Por otro lado, el hacer que las cosas sean más fáciles para el género humano, no debería llevar a contradicción alguna o al menos ésta debería ser más salvable; sería un objetivo más elevado.

Y en este momento, dudando entre significados, sentidos e interpretaciones es cuando me pregunto si el hecho de simplemente dotar de comodidades pueda causar algún perjuicio inherente al ser humano. Y el ejemplo que me viene a la cabeza son los niños de hoy en día, con sus con sus ordenadores, consolas, juguetes ... esa misma generación que parece hoy en día más perdida que nunca hasta que no se pongan de acuerdo padres, sistema educativo y sociedad.

Quizás es por eso por lo que mi amigo Hermann tenía razón. O quizás no, ¿quién sabe?. Como siempre lo importante es planteárselo. Simplemente.

Un saludo, Domingo.

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