lunes, diciembre 17, 2007

Andando bajo la lluvia

Hoy he empezado mis vacaciones. Y las he empezado de forma bastante previsible :-O.

Pues sí, esta mañana he ido a donar plasma, que ya me tocaba y a final de año más o menos iré a donar sangre. Esta mañana curiosamente estaba allí una enfermera cuya cara me sonaba. Pronto las sospechas se convirtieron en certezas. A ver, no se trata de nada grave, todo lo contrario. Resulta que esta chica me sonaba pero yo la recordaba con un audífono y esta vez no lo llevaba. Pensé que lo mismo se había operado y ése era el motivo por el cual ya no lo usaba. Luego, esta chica se fue con el autobús a no sé qué pueblo donde hacía mucho frío :-), y me quedé con otra enfermera que sí es de las "asiduas". Vamos, de ésas que están por allí casi tanto como yo :-D. El caso es que le pregunté por curiosidad y me dijo que sí, que lo lleva pero que en situaciones donde no hay mucho ruido no lo necesita.

Bueno, quitando esa anécdota, la donación fue como de costumbre, sin problemas. Al acabar, mi algodoncito y para casa. Empecé a andar por esas calles bajo un cielo amenazador y sin paraguas. Cierto es que sin paraguas por decisión propia. Mi madre me había instado a que lo cogiera y no repetidamente lo había rechazado. ¿Por qué?. Pues simplemente porque hoy era uno de esos días en los que me apetecía sentir la lluvia en la cara. No sé muy bien por qué pero a veces el hecho de ir con paraguas me hace sentir (bien es cierto que a posteriori) un pelín esclavo del mismo. Tienes que arrebujarte bien para no mojarte, sabedor de que en realidad sólo luchas por no mojarte la cara y ¿el pelo? :-). Las piernas es normal que acaben más o menos empapadas.

Sin embargo si vas sin paraguas y sin ni siquiera esconderte debajo de los alféizares, simplemente sintiendo las gotas en la cara, es como si la lluvia no cayera, en todo caso como si las gotas estuvieran paradas y fueras tú el que voluntariamente les arreas un carazo demoledor :-). Es una sensación distinta, quizás una sensación parecida a la que tienes cuando sales a correr (debería volver a salir a correr, por cierto) con mucho frío o mucho calor mientras todo el mundo está en su casa. Me proporciona una cierta sensación de libertad y quizás de superioridad, lo cual no sé si es tan bueno. Pero ya se sabe que mis luchas contra el primero de los pecados capitales no es siempre fácil de ganar ;-).

Volviendo a la narración, salgo del CRTS (Centro Regional de Transfusión Sanguínea) y vuelvo dando un paseíto. A mitad de camino me paré en un "supermercado chino" enorme, es probablemente el todo a 100 más grande que yo haya visto y allí estuve dando vueltas a ver si veía algo que me llamara poderosamente la atención. Allí fue donde vi las tortuguitas/maceteros que tengo en el salón, pero esta vez no tuve tanta suerte. Sí que estuve tentado de comprar alguna que otra película de Bruce Lee o Jackie Chan que harían las delicias de mi padre pero al final cerraban y las dejé allí para otra vez.

Pues como digo, cerraban a las 14:00 y al salir a la calle me di cuenta de que en el interludio había empezado a llover. Llovía de una forma muy suave, algo más fuerte que el "chispeo" pero menos que lo que aquí en el sur consideramos lluvia y que en el norte no sería más que chirimiri. Vamos, una lluvia ideal para volver a casa caminando, aunque también era ideal para preocuparse en caso de que apretara.... y apretó.

Unos minutos después ya estaba lloviendo, si bien es cierto que no diluviando. En ese momento ya tuve que volverme más "convencional" y buscaba con cierta preferencia las paredes y los lugares cubiertos. Sabía también que en cuanto mi madre me viera llegar me diría cuatro cosas como así fue :-D. Y así, mitad disfrutando de la lluvia, mitad restregándome por las paredes, volví a casa, con mención especial al cruce de la autovía y a las cercanías de mi casa que al estar descubiertos supusieron que llegara con el polar bastante húmedo (aunque no había calado en la camiseta).

Y no sé si hubiera llegado a contar esto de no haber pasado lo que pasó. Imagino que sí pues ya estaba yo "de humor" para escribir hoy aquí, pero esto me terminó de decidir. Resulta que pasando cerca de una gasolinera, veo a una mujer frotando con un cepillo de agua a presión
el lateral de una furgoneta de considerables dimensiones. En un primer momento no me resultó extraño que a pesar de estar lloviendo estuviera limpiando la furgoneta pues lo que realmente me llamó la atención fue el pañuelo que lucía en su cabeza y su atuendo. Se trataba de una mujer de indudable origen, o al menos vestimenta, árabe.

Caminaba yo por la calle y necesité de un par de segundos para ubicarme y cuando ya conseguí rehacerme caí en la extrañeza de ver una mujer árabe limpiando el coche con agua a presión mientras estaba lloviendo. Pensé que el marido no debía andar lejos y miré dentro de la furgoneta, sentado al volante ya que intuía que ella se estaba mojando precisamente para evitar que alguien más lo hiciera. Con cierta desilusión me di cuenta de que en realidad no había nadie dentro de la furgoneta, pero me resistí a la idea de que no hubiera ninguna mentalidad machista (al menos más machista que la mía) tras la imagen de una mujer mojándose mientras limpiaba una furgoneta bajo la lluvia.

Y efectivamente, unos metros detrás de la mujer, de brazos cruzados, escudriñando atentamente el trabajo amparado en un falso techo o algo así había un hombre con uniforme de trabajador, algo así como el de un butanero, pero no sabría especificar de qué oficio se trataba. De igual forma su faz tampoco me pareció de origen árabe, pero ya se sabe lo que dicen, si tiene cabeza de pato, cuerpo de pato y patas de pato ... es pata o es pato. Y en este caso la pata estaba fuera, bajo la lluvia, limpiando "la fragoneta".

En fin, sólo recuerdo haber pensado que eso no es precisamente integrarse en una sociedad. De hecho no es precisamente fácil conseguir que dos sociedades se integren la una en la otra y éste es simplemente un ejemplo.

Y para acabar, poco después llegué a casa, me quité la ropa que estaba moderadamente mojada y tras escuchar las implacables reconvenciones de madre y abuela, me puse el pijamita y la bata ... justamente lo que tengo puesto ahora que procedo a pulsar el botón "PUBLICAR ENTRADA" y a acostarme a leer un ratito.

Un saludo, Domingo.

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