domingo, junio 03, 2007

Zurich III

Bueno, volvemos a la carga que tampoco es cuestión de que esto se eternice. Amaneció el martes, nuestro segundo día de curso allí. El martes creo que ya no estaba Mickey en TV5 Monde, creo que era un explorador, un niño explorador inglés con un acento impecable tanto en francés como en inglés que enseñaba inglés a los niños francófonos. Igualito esta televisión que la que tenemos nosotros :-S. En este capítulo el niño estaba acompañado de un bebé jaguar al que llamaba "lobebéyaguár", que se le perdía, lo encontraba, entraba en una especie de monumento inca o maya o ... vete tú a saber. Pero muy ameno tanto en el relato como en la forma de enseñar palabras inglesas a los niños (y de enseñarme francés a mí :-D).

Y nos pusimos en marcha. No sé si llovía o no porque durante toda la semana estuvo lloviendo interrumpidamente. Eso sí, la temperatura seguía siendo buena. Llegamos al curso, desayunamos, continuamos con lo que estábamos haciendo el día anterior, comimos, más curso y acabamos. A destacar que en la comida me pimplé un surtidito de ensaladas del cual había una de queso fresco que estaba buenísima. También había otra ensalada de pollo al curry o algo así que no estaba mal tampoco.

Y una vez acabado el curso ... de vuelta al hotel a soltar las cosas y a salir por ahí de turismo/compras. Fuimos a la estación de trenes, ésa de tres plantas, dos de ellas subterráneas que es un híbrido entre mega-estación de trenes y centro comercial y allí estuvimos dando vueltas hasta que casi era hora de cerrar y en ese ínterin aprovechamos para realizar la mayoría de las compras. Curiosamente, la única chica del grupo fue la que menos compró :-D. Yo me agencié un par de navajas suizas para regalar y una particular bolsa de agua caliente también para regalar.

Y después de las compras fuimos al casco antiguo que habíamos visitado el día anterior con la idea de encontrar un restaurante típico de allí y ... vive Dios que lo encontramos. Se trataba de un restaurante típico típico, de estos que son frecuentados por los "Zuriqueños" de a pie así como por los estudiantes de los alrededores. La especialidad era por supuesto la salchicha acompañada del omnipresente rösti. Ya mi tío me había alertado de la existencia de tal plato y no fue difícil reconocer esa tortilla de patata, con cebolla y sin huevo que él me había descrito. Yo me pedí la salchicha de ternera pero al final se demostró que fue una mala elección porque la de cerdo era más sabrosa. A pesar de todo, por ninguna de las dos mataría yo, creo que ya lo comenté.

Pues bien, cenamos allí acompañados por un hombre de aspecto ... mejorable y posteriormente de una mujer mayor, turista solitaria de setenta y tantos, que supuestamente era francesa pero que usaba sobre todo el inglés para las dos palabras que nos dirigió. Aquí tampoco tuve oportunidad de mostrar mis magros conocimientos de francés recién adquiridos :-D. Pues eso, el caso es que allí te sientas en una mesa y si quedan uno o dos sitios libres los completan con otros que vengan de forma que hasta casi te obliga a conocer gente. Aunque ignoro si la gente es lo suficientemente abierta como para iniciar una charla en ese ambiente. Los dos que tuvimos nosotros no, aunque claro, también nosotros éramos cinco.

Y tras la cena, una copiosa cena por unos no sé, 11 euros al cambio (se nos empezaba a caer el mito de que Suiza era muy cara), volvimos al hotel. Una vez allí, lo relativamente tardío y copioso de la cena hizo que más tarde tuviera acidez ... si es que ya está uno que no vale para nada. Vaya porquería de jugos gástricos que tiene uno :-D.

Un saludo, Domingo.

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