A ver si podemos terminar el día (hoy) contando un poquito de aquel jueves y las cosas diferentes que en él pasaron. Éste será probablemente el más corto de todos los días ... al menos en cuanto a cosas que contar y es que, como es normal, al principio te llaman la atención mil cosas y luego te vas acostumbrando.
Empezó como es normal con la alarma del televisor indicando que ya era la hora para ducharse, vestirse y tirar hacia la central de IBM. Llegamos allí, nos metimos otro buen desayuno entre pecho y espalda y continuamos con el curso. Nada excesivamente apasionante en el mismo.
Sobre las 12:00 o así, nos avisan que el catering "italiano" y "de pie" está dispuesto para quien quisiera comer. Habíamos elucubrado al respecto a qué tipo de catering nos iban a servir. Yo, personalmente, concluí que debía ser un catering parecido al del primer día, a base de embutidos, salchichas y cosas así. Lo de "de pie", era lógico puesto que aquel otro también había sido así, servido en unas mesas altas como de bar, que adornaban aquella sala.
Pero no, al final era italiano italiano. Pasta (espaguetis) con tres salsas distintas y verdura sazonada a la brasa. Yo me agarré a la verdura ... aunque no fue una elección muy acertada. Se encontraba fría y excesivamente sazonada. Pero bueno, se podía comer. Como no me eché demasiada cantidad, complementé la comida con unos cuantos espaguetis y su salsa ... algo. Creo que podría ser como una mezcla de tomate con nata que le daba un color rosáceo que contrastaba con el verde del aceite, perejil y no sé cuantos de la salsa verde y con el rojo de la de carne y tomate. La pasta (o la salsa, no sé) estaba bastante buena.
Y volvimos al ruedo a pasar lo que restaba de tarde. Una vez salimos, volvimos al hotel, dejamos las cosas y procedimos a dar la última vuelta a Zurich antes de volvernos al día siguiente. Volvía a chispear así que Manolo se quedó en el hotel como hiciera también dos días antes. Se perdió la compra de chocolates pero se resarció al día siguiente en otro supermercado :-D.
Aquel jueves era diferente, fiesta nacional en Suiza, y ése era el motivo por el que el restaurante había estado cerrado por la mañana y habíamos recibido el anteriormente descrito catering. Íbamos, por tanto, con cierto recelo pensando que la mayoría de las tiendas podían estar cerradas (queríamos hacer las últimas compras también pues el día anterior, con lo de la cena, no tuvimos ocasión).
Fuimos a la estación y allí, como buena estación, todo estaba abierto. Aprovechamos para gastar algunos de los últimos francos (mentira, tiramos de tarjeta, francos ya o los habíamos gastado o quedaban muy pocos :-D), sobre todo en chocolate en uno de los supermercados de la estación. Yo, además, aproveché para comprar una camiseta. No sabía cuál comprar pero, afortunadamente, llegó Salu a recomendarme justo la que yo no había visto. Amablemente hasta se la puso para que me hiciera una idea de cómo podría quedar. Y la verdad es que acertó de lleno.
Y una vez saciada nuestra (al menos mi) ansia compradora, lo que en EEUU llamábamos un "shopping spree", volvimos a dar una vuelta por la última zona del centro de Zurich que queríamos ver (bueno, que querían, a mí me daba igual). Nos hicimos allí algunas fotos en diferentes sitios, algunos por los que incluso habíamos pasado el domingo y llegada una hora prudencial, decidimos cenar en el mismo sitio que el martes. Esta vez y para completar una semana de comidas diferentes, me pedí rösti con jamón y queso. Bueno, en realidad antes de eso me pedí dos platos diferentes pero dio la casualidad de que ya estaban agotados. Creo que ya comenté que estuve un tanto gafado con las comidas, exceptuando el Cordon Bleue del miércoles. El martes fui el que más tuvo que esperar para la salchicha de ternera (creo que la criaron a biberón ) y ése jueves, necesité pedir tres platos de la carta para acertar con uno disponible.
Y poco más, salvo que a Salu le parecía mucho su Cordon Bleue y además le apetecía más el rösti raro y cortamos salomónicamente Cordon Bleue y rösti para que ella pudiera probar el rösti sin necesidad de morir por la patria :-D. Yo de paso probé también un Cordon Bleue diferente al del día anterior. No es que estuviera malo, pero sin duda tampoco era el jamón ahumado del miércoles ... ummm ... ¡¡¡qué bueno!!!
Y como todos los días ... de vuelta en tren al hotel donde terminé de hacer la maleta para el día siguiente.
Un saludo, Domingo.
P.D. Al final no ha sido tan corto como pensaba ... ¿Cuándo aprenderé?.
domingo, junio 03, 2007
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